El Decreto de Freddy Gerardo «El Cuchillo» resuena como un eco de esperanza entre quienes se quedaron en la sombra tras el cambio de gobierno.

Reportando24-7rd, 17 agosto, 2024| Santo Domingo.- En medio de la incertidumbre política y las expectativas incumplidas, surge una canción que ha capturado el sentir de muchos:El Decreto, interpretada por Freddy Gerardo, conocido artísticamente como «El Cuchillo». Esta melodía, cargada de emociones y una letra que habla directamente al corazón de aquellos que quedaron en el limbo tras el cambio de gobierno, ha comenzado a ser vista por muchos como un himno no oficial de los aspirantes a funcionarios que nunca vieron cristalizados sus sueños de ser parte del aparato estatal.

Freddy Gerardo, con su estilo único y su capacidad para conectar con las vivencias del pueblo, ha logrado encapsular en El Decreto la frustración y la esperanza de una generación de profesionales que, tras promesas y expectativas, se han visto relegados al «limbolandia», un término que ha cobrado vida propia en las redes sociales para describir esa sensación de estar en una espera infinita.

“El Decreto es más que una canción, es una declaración. Habla de las ilusiones que nos vendieron y que muchos aún están esperando que se cumplan», comenta «El Cuchillo» en una reciente entrevista. Su voz, firme y llena de convicción, resuena con la fuerza de quien ha vivido en carne propia las experiencias que relata en sus letras.

La canción, que combina ritmos contagiosos con una letra que no deja indiferente a nadie, ha sido acogida por aquellos que sienten que sus habilidades y conocimientos quedaron en un segundo plano, eclipsados por los juegos políticos. El Decreto no solo es una crítica, sino también un llamado a la reflexión sobre el destino de aquellos que fueron olvidados en el camino.

Con miles de reproducciones en plataformas digitales y una creciente popularidad en redes sociales, El Decreto de Freddy Gerardo «El Cuchillo» se ha convertido en la voz de los que permanecen en la espera, aguardando el tan anhelado llamado que nunca llegó.