Por: Geury Montero | Periodista
Reportando24-7rd, 12 de diciembre 2024
En el mundo del béisbol, los números en las camisetas son más que simples cifras;
representan identidad, legado y, a veces, camaradería entre compañeros.
La llegada de Juan Soto a los Mets no solo marcó un hito en su carrera con un contrato histórico que podría alcanzar los $805 millones, sino que también dejó una anécdota digna de resaltar. José Siri, su compatriota y compañero de equipo, cedió generosamente el número 22, característico de Soto, diciendo:
«Sì es para Juan, no hay problema». Este gesto, aunque humilde, resalta el espiritu de equipo y la hermandad entre los jugadores dominicanos. Mientras tanto, en la costa opuesta, Shohei Ohtani elevó los estándares de gratitud al recibir su emblemático número 17 en los Dodgers. Ohtani, quien firmó un contrato de $700 millones antes de ser superado por Soto, agradeció a Ashley Kelly, esposa del relevista Joe Kelly, con un regalo poco convencional: un Porsche plateado. La campaña viral #Ohtake17, liderada por Ashley para convencer a su esposo de ceder el número, se convirtió en un fenómeno en redes sociales, culminando con la llegada del lujoso automóvil su entrada.
Este tipo de gestos demuestran que, más allá de las cifras astronómicas, el béisbol es un deporte de detalles y simbolismos. Desde el Citi Field hasta el Dodger Stadium, historias como estas humanizan a las superestrellas y conectan a los fanáticos con los valores esenciales del deporte. ¿Debería Soto tomar nota y seguir el ejemplo de Ohtani con un gesto de agradecimiento hacia Siri?