
Por: Anneris Hernández Ortega
Periodista
Santo Domingo, DN, domingo 20 de enero de 2025.
La experiencia no se improvisa. El doctor Tito Suero, especialista en traumatología con décadas de experiencia trabajando con víctimas de accidentes de tránsito, ha planteado una serie de recomendaciones para reducir la alta incidencia de estos accidentes. Aunque erradicarlos por completo es imposible, sí se pueden controlar en gran medida. Su conocimiento y experiencia deben ser considerados seriamente para poner freno al caos que reina en nuestras calles.
En la actualidad, temas como los embotellamientos, sumados al caótico flujo de motocicletas, son recurrentes en las conversaciones diarias. Es el pan nuestro de cada día, alimentado por la aceleración de la vida moderna y la imprudencia creciente de quienes transitan en estos vehículos de dos ruedas.
A medida que las calles se congestionan y la vida se torna más frenética, es urgente crear un entorno más seguro para conductores y peatones. La falta de respeto por las leyes de tránsito, el desorden, la desobediencia y la carencia de empatía parecen haberse convertido en la norma entre muchos motoristas. Es como si, al subirse a sus motocicletas, adquirieran una inconsciencia peligrosa que los despoja de toda noción de responsabilidad, como si una especie de alucinógeno tomara control de ellos, anulando cualquier rastro de sensibilidad.
Lo más alarmante es que, con frecuencia, estas actitudes no tienen consecuencias adecuadas. Desde pequeños daños materiales hasta accidentes graves, los motociclistas imprudentes suelen salir impunes. Este escenario pone en peligro la vida de quienes sí respetan las normas de tránsito y terminan pagando las consecuencias de las acciones de los demás.
Coincido plenamente con el doctor Suero: es imperativo actuar ahora. Es necesario que el gobierno intervenga para organizar el tránsito, fomentar el uso del transporte público, implementar un régimen estricto de sanciones para los motociclistas que infringen la ley y garantizar que los agentes responsables de hacerla cumplir cumplan con su deber.
El terror, el temor y el respeto son herramientas adecuadas para combatir este caos vial. Como propone el especialista, el “terror” debe establecerse mediante la aplicación de multas y sanciones tanto a los infractores como a los agentes que permitan las violaciones. Estas medidas buscan generar un temor que disuada las infracciones y fomente el respeto por las leyes de tránsito.
Estamos al borde del colapso vial, inmersos en un desorden que nos obliga a circular con “cuatro ojos”. Las autoridades no deben titubear; deben actuar con firmeza y determinación. Solo así podremos convertir el respeto por las leyes de tránsito en una realidad palpable y no en una utopía inalcanzable para los conductores responsables.
Paz para nuestras calles mediante el temor, el terror y el respeto.